La búsqueda, la duda y el encuentro
Yo he visto
abrazos de hermosa verdad,
así en las horas de un tiempo nuestro,
decentes querencias en un tiempo mío y vuestro.
Porque en la digna mirada,
en las frutas de la memoria hablan las lámparas,
las pequeñas luces que respiran, que brillan,
que son elocuentes presencias
en las noches de los que buscan,
como lo es un cuento que sostiene el vuelo del porvenir…
o una llama que acompañara la casa de la duda,
igual que un Dios como Tú: atrevido y promesa en el camino, en el camino.
Tú has visto
las sombras húmedas del dolor,
y en el sur de tu corazón te atreves a resistir,
cuando pintas el violeta secreto de la dignidad.
Y nace el hombre,
preñado de misterio, de gozos y esperanzas,
seres con paz en los abrazos, con bocas de pan.
Senderos de frío y de sentido,
y otras cosas hemos visto,
y hay quien da sus manos en cada sonrisa y da la vida,
a los que la perdieron en la vida,
y te puede cantar: «Déjame Padre, déjame Padre mirarte por fin de frente, déjame Padre».
Texto: Antonio J. Caballero
Música: Carolina Carmona